En el hemisferio norte, conocemos bien al mes de abril gracias a nuestro refranero. Especialmente en lo que se refiere a la climatología. Abril es el mes que nos saca de ese oscuro letargo meteorológico que comienza en noviembre. Por lo tanto, nuestro nivel de energía comienza a cambiar.
No vamos a hablar de la producción de serotonina a causa del aumento de luz, ni de la secreción de feromonas, oxitocina ni dopamina, que aumenta en esta época del año. Pero de lo que sí vamos a hablar es de algo en lo que influyen, además de manera positiva, todas estas sustancias químicas: el estado de ánimo.
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